La historia de un fotografo se escribe cada día; el camino es largo y lleno de vericuetos, la meta está tan lejana, que sólo los corredores de fondo llegan a alcanzarla. El fotografo que comienza, tiene por delante un recorrido que ni tan siquiera pueden llegar a imaginar las mentes más complejas, sin embargo, ese recorrido se adereza de factores de todo tipo, algunos de esos factores son para el fotografo pequeñas y billantes metas que le dan satisfacción y le animan a seguir, pero hay otras ocasiones que ponen a prueba su paciencia, su tesón y su valía, permitiéndole demostrar de qué madera está hecho. Alcanzar la cima es casi imposible, pero que conste que he dicho casi, llegar a realizar fotografías que realmente merezcan la pena y mantengan la atención a lo largo del tiempo, cuando esas fotos quedan ya lejos en la distancia y en el tiempo, es el sueño que todo fotografo desea alcanzar, pero que sólo unos pocos consiguen realmente. Hay tantos componentes esenciales que deben formar parte de un buen fotografo, que a juzgar por la variedad y maduración que se necesita para cada uno de los requisitos, se podría decir que sólo quienes vivan más de cien años, podrán aspirar a ellos. Sin embargo, (y aqui viene una de las claves esperanzadoras) no hay que desesperar, porque lo bueno de todo esto es que se aprende, se mejora y se perfecciona con el trabajo duro y constante a lo largo del tiempo. Hay quien opina que un buen fotografo nace, no se hace, pero la realidad y la pequeña historia reciente (no olvidemos que la fotografía comenzó a finales del siglo XIX) demuestran con muchos ejemplos de fotografos magníficos, que esto no es así. ver más en... http://estudiodefotografia-fotografoprofesional.es/
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